Una breve introducción al Todo


En un lugar apartado de todo, nació Todo. Nadie sabe cuándo, nadie sabe cómo. Yo le conozco desde los 13 años, cuando embelesada por su obra, decidí imitarle. Creé una historia sobre un hada que manejaba la magia oscura. Descubrí más magia y creé una historia acerca de cuatro personas que controlaban los cuatro elementos. Sorprendida de mí misma, imitaba los grandes trucos de Todo a la perfección.
Hasta que un día, inventé mi propio truco, una obra original y perfecta. Tenía 15 años y fue la vez que más cerca de Todo me sentí. De repente, no podía dejar de crear. Había descubierto una fuente inagotable de poder dentro mía. Pero todo no iba a ser tan fácil. Ese verano, Todo se me aparecía en sueños y me contaba cosas que yo no podía entonces comprender.
Y llegó entonces el amor, de esos malos, que te hacen perder la cabeza. Mi vida era una montaña rusa de sentimientos acorde con la subjetividad de su mirada. Justo cuando parecía que todo giraba en torno a él, Todo me descubrió la poesía.
A día de hoy, sigo sin saber de qué acabé enamorándome más: de sus labios o de los sentimientos que éstos me provocaban y yo reflejaba en poemas. Llené todo un cuaderno con poesías de todo tipo: forzadas, sutiles, tristes, furiosas, largas, cortas... Había alcanzado el éxtasis del todo: Todo me sonreía como un padre orgulloso.
Le dije: "no sé como agradecértelo todo" y Todo me dijo: "ahora que lo sepan todos". Y no pude. Por mucho que Todo me ayudara, a pesar de los concursos y de los amores, todo lo que hice no sirvió de nada.
Llevo sin ver a Todo desde entonces. A veces pienso que se rindió conmigo; otras, que está esperando en las sombra a que sea capaz de darlo todo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin reflejo

Roca Descalza